lunes, 7 de diciembre de 2009

Las murallas de Carcassone (2)


Decían que los niños no los traía la cigueña desde París, que la cosecha que recoges te la siembras tu mismo, que los sueños se consiguen con esfuerzo... pero aquellos dias dudé de cada uno de los consejos que mi abuela me daba cuando era pequeña.
Allí estaba la piedra mágicamente abriéndose paso frente a mi. Desde aquella primera humilde ventana se habian ido formando de las gruesas paredes unos ligeros barrotes oxidados que posiblemente pronto se acabarian rompiendo o si no... desaparecerian como si nada, igual que todo lo demás.

Ya podía apreciar con mucha más claridad lo que esperaba cuando fuese libre. Tras los barrotes se apreciaba una estructura de gruesa piedra que recordaba a las formas de un castillo antiguo, bajo mis pies empezaba una escalera que llegaba hasta un pequeño camino de piedra cobijado por un arco inmenso.
Al otro lado un laberinto de escalones y caminos circundantes a los que no temía...Todo era un bonito cuadro que anunciaba el momento que al fin sería libre, libre... la palabra resonaba en mi cabeza de una forma tan intensa que me mareaba.
Pronto sería LIBRE.

Y observando mi salvación igual que si se tratase de la inmortalidad, el momento en que pisaría el exterior sin haber hecho... nada, sin siquiera arrepentirme del crimen que había cometido. En medio del extasis de mis sentidos...
Una sombra oscura bajo el arco de mi triunfo esperaba serena.







Y sin saber porqué... me invadió el temor.






Pic.Lluna

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