domingo, 24 de enero de 2010

X

Lidian sus emociones

derramando la tinta roja

de cuatro lamentos malditos

cuando carecen de extremidades.

De una pareja de locos

listos para la astúcia

de un débil murmullo

frágil pero constante

siempre en el centro del mundo.

Envian manchas de miedo

dibujado de colores

y camuflado de futuro

a todas las riquezas pobres.

Implantan su propia duda

en todas las extensiones.

Cultivan la sed justa

mientras beben los consejos

que propinan sucios sueños

y la sangre del más noble.



Un trayecto repleto

de oportunidades de morir.

Cruce de caminos

Todo cubierto de flores a granel, 
de mi mano pende un arco,
contrataré una consigna
para atinar donde estaré a salvo.

De un lado un pedrusco alto
donde posé un pasado afín,
del otro caen con grácia
todos los rotos que no vencí.

Si me perdiera entre la caída,
el final y las constantes,
sería libre de cordura
y marioneta de mis amantes.

Si me alzara entre las rocas,
vida, muerte y página vedada
sería el, ella, tu y yo
y un don nadie de la nada.

Pero comentan que la verdad
es tan solo donde pisamos
 y de tres, una vez vencí
y las otras no seguí andando.

domingo, 3 de enero de 2010

Lya


Ramas de horizonte
tras los dias
hechos laguna.
Ceguera absurda
de ojos esmeralda.
Palabras de busqueda
mezcladas con nada
son las copas
si la lejana locura
me ve enamorada.
Tuve veinticinco razones,
doce susurros
y nueve miradas.
Tuve mi pecho
en sus viejas heridas,
y mis limites
en su boca.
Tuve la frontera de acero
en maldita condena,
tuve exilio de infierno
en una imposible
cadena perpetua.
Pero se tornan
ramas de horizonte
todas las barreras
cuando sin sentir
veo todo
tan lejos como unas manos,
cuando sin ver
siento que, de amar,
tanto dolor,
con presteza...
pasa de largo.