Todo cubierto de flores a granel,
de mi mano pende un arco,
contrataré una consigna
para atinar donde estaré a salvo.
De un lado un pedrusco alto
donde posé un pasado afín,
del otro caen con grácia
todos los rotos que no vencí.
Si me perdiera entre la caída,
el final y las constantes,
sería libre de cordura
y marioneta de mis amantes.
Si me alzara entre las rocas,
vida, muerte y página vedada
sería el, ella, tu y yo
y un don nadie de la nada.
Pero comentan que la verdad
es tan solo donde pisamos
y de tres, una vez vencí
y las otras no seguí andando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario