miércoles, 30 de septiembre de 2009

Evocación

Divinas cumbres de saber
en el diminuto pasillo.
Diviso a lo lejos luciérnagas
azules, cristalinas, parpadean
matizando de luces
cada uno de sus nidos.

Y mis botas sucias
de tanta insignificancia
se colman de minutos
de dulce vida plena.

Cuento escalones, candelas,
en grandes verdes rastros.
Luzco de fausta dicha
de vida, de amor, cúspide,
de triunfo sin roturas
en mi paso por sus pastos.

Y mis botas sucias
de tanta insignificancia
se colman de minutos
de dulce vida plena.

Lo que no vi, ni aguardé,
lejos se asoma sin careta
y sincero viste desnudo
falto de muros, ruido o enigma,
y posa su ser en bellas colinas
que me llevan a la meta.

Y mis botas sucias...
de tanta insignificancia,
del perverso sin vivir,
de un cobarde sueño
largo y embrollado
en caótica colmena;
se colman de minutos...
trozos,
fragmentos,
pedazos,
detalles...
de la dulce y eterna
vida plena.