lunes, 30 de abril de 2012

30 de Mayo

Vuelta a sentarse en el anden con las neuronas confundidas, se pregunta si es salvaje sola y busca compañía o sólo es idealista de la idea de emocionarse con un abrazo. Empieza a llover, pero no hace frío, un leve rayo de luz le recorre las entrañas y piensa -¡Vamos! ¡Que salga mi arcoiris y llene de colores los paisajes pasados y los que quedan por recorrer!-
Ella es delineante de un lugar fantástico que existe solo en su mente. Se repite las teorías una a una, no hay que olvidarlas, aunque tras repetirlas tanto han perdido su sentido. Ya siente que la felicidad no está solo en ella sino también en la ternura, se quiere a medias pero ama a muchas personas con todo su ser, y no, no quiere estar sola, quiere construirse con pilares. Es salvaje sola emocionada con la idea de un amor casi inexistente: El amor por los amigos que entienden y respetan, el amor por aquellos que llegan incluso a necesitarla sea solo un instante o el resto de la existencia.
-Al menos- se dice- me he llegado a dar cuenta de la locura que se ha apoderado de mi, o quizás estuvo ahí siempre... corro y avanzo para llenarme de un breve momento que termina-.
Encontró grandes personas en el paso: unas se quedaron, otras se marcharon, y otras sencillamente las sujeta para que nunca se marchen, aunque no sirve de nada y consigue más bien lo contrario, y lo sabe.
Ved su locura, la locura de una salvaje sola emocionada de la idea del amor.
Llega el tren, entra vacilante y se sienta donde más le apetece, por un momento se recrea escribiendo en el móvil mientras en la ventana gris y verde caen gotas de lluvia como lágrimas... belleza... la belleza es esa. Casi por un momento se olvida de lo que anhela... casi pero vuelve  a escribir en lo más íntimo y personal, deja de enredarse con los versos y decide usar las palabras para la verdad: Que está completa y totalmente loca.

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